Hay que tomar los absurdos como acciones poéticas,
practicar el importante ejercicio de volver letra eso que nos duele
o performance o pensar en la autopoiesis
o, sino, hay que sobornar a la memoria.
Hay que retar al espejo, devolverle una negativa
ante eso que se abre y nos hunde.
Hay que señalar acontecimientos en eso
que no podría mas que ser un desastre.
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