Hay dolores que se enquistan. Uno no sabe ni por qué ni como pero así es. Pueden pasar desapercibidos por periodos largos de tiempo pero al final allí estarán y si los olvidas comenzarán a protestar. Van viajando por el cuerpo, por la memoria, se mueven para que no sean extraidos. Cambian de forma y color, persisten. También se propagan contagiando pequeñas felicidades y... ¿cuando fue que ese dolor nos dio? ¿cuando fue que lo guardamos tan bien que ya no puede salir?
1 comentario:
:( si verdad
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