ya está

De tarde, con calor, con el abanico en mano, casi deshidratados y con las percusiones que van y vienen, con la gente que pasa, que se queda, que se va, con la noche que casi llega y mejor enamorarse antes de que llegue. Enamorarse así: sentir frío y con tanto calor, sentir que las miradas se refrescan y que la temperatura se nivela. Enamorarse allí: dejar que la tarde pase, esperar que la noche llegue y subirse al autobus de cuarto después de la media noche. Para-luego-irse, para-luego-olvidarse, para-luego-es-tarde.

Esta es la mejor forma de enamorarme que he encontrado: una tarde y ya está, una tarde y ya.