De paisajes a fragmentos

He estado entre montañas transparentes, calles color salmón y acento norteño, textiles huicholes, ex votos a la virgen de san juan de los lagos o retablitos al niño de atocha, jardines decimononicos, fuentecitas muchas fuentecitas, atardeceres con cerros y casitas de colores, un óleo del siglo XVII de Santa Lucia que nos ve con sus ojos de santa mientras sostiene la clásica charola con sus ojos (suyos también ¿tenia cuatro?), trenes que huelen a olvido y sonidos de trenes que suenan a fantasmas, olor a barro húmedo, zócalitos con palomas y niños que las asustan mientras yoles doy de comer, destellos de plata, máscaras muchas muchisimaas mascaras, cajeta por aquí y por allá, dos conventos franciscanos y un museo de arte novohispano, la noción del tiempo trastocada, murales cholos imaginarios, poesia-paisaje, cervezas, vodka y cafés en noches calurosisimas, la feria de san marcos con concierto incluido, un sol rojo inmenso enmedio de un paisaje árido y un autobús a la central del norte que me trae de regreso de paisajes entre Zacatecas, Aguascalientes y Jalisco, estos son sólo fragmentos.