que no sabe el tiempo del que viene ni al que llegó:
"En esos días ella había perdido la noción del tiempo. La salida y la puesta del sol siempre la tomaban por sorpresa. Las horas, que usualmente duraban 60 minutos, se volvieron breves y delgadas. Lo s segundos casi dejaron de existir. Sin medida precisa, exiliada de la regularidad que mantenía el ritmo humano del mundo, la mujer se olvidaba de comer con facilidad. Lo mismo le sucedía con el sueño. Por eso cuando cayó enferma (...) no pudo evitar sentirse contenta: Supuso que se trataba de una venganza básica del cuerpo. Una especie de recordatorio. EL tiempo existe. Esto es la realidad. Tú nunca irás más allá de lo real"
de Lo anterior, Crg.
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