Tomé una siesta: llegaba por tierra a la frontera italiana, era un lugar que más bien parecia una cárcel. Yo llevaba todos mis papeles en orden y una señora regañona me hablaba rápidamente en italiano y revisaba todo y yo contestaba nerviosa en un italiano inteligible. De repente ella me pidió mi declaración de impuestos!! yo revolvía angustiada todos mis papeles y no, no estaba... ahhh desperté. Mi declaración de impuestos, ya hasta sueño con eso y en serio no tengo mis papeles completos, bu, quiero llorar.
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