pretendiendo

Andale Maribel, eso es, evadete, metete a una estética a que te hagan cositas en el pelo, ve a comprar cremitas que huelen rico, compra lencería que por el momento nadie te verá. Está bien, ponte unos tacones y usa un escote, ponte rimel y delineador para recordarte: no, no llores que se te van a poner todos encharcados los ojos, todos enlodados. Anda, ve a cenar comida española y riete y toma vino del rioja y al otro día cena en un restaurante italiano y toma Chianti. Bravo reina, me parece perfecto que sonrías como si no sintieras ese hueco en el pecho, como si no te faltara el aire, como si no se te sentara el tiempo en los hombros, como si no tuvieras ese vacío latiendote. No te preocupes nena, todo se detiene, el tiempo se detiene, la vida se detiene y el mundo te espera hasta que dejes de hacerte pendeja.

Tu sólo finge que no se te volvió a desacomodar tu mundito. Tú haz de cuenta que tus recuerdos no se volvieron a caer en el piso y piensa que no te cuesta dormir y que no tienes pesadillas. Andale princesa, sigue creyendo que la tesis se terminará sola, tu sigue pensando que él ya no te volverá a afectar, tu repite hasta al cansancio que estás mejor que nunca. Evadete, ponte linda con tu máscara (la de las pestañas y la otra también) tu haz de cuenta que no pasa nada, total, pretender no cuesta nada.