t r ó p i c o s

20081219

Extrañas formas de romper las cosas...

I
Hay pedazos enteros de este mundo - Palabras, cosas, territorios enormes del mapa, imágenes, ritmos...-que me estallan dentro, en un lugar que desconozco.


II

Veía el mar a través del cristal, el pueblo siguiente y luego el siguiente hasta llegar a mi estación. La imagen que venía a mi, en un impulso, sin pensarlo, era esa de romper la cámara, estrellarla contra el suelo y luego sentir que todas esas imágenes se desvanecían en mi memoria, chorreaban como en una pantalla de plasma descompuesta. Todo eso se volvía recuerdos incapaces de ser reproducidos nuevamente.


III

Una imagen de tan absurda tan reveladora. Sencillez y arrebato. Las botas rojas chorreadas de gotas, de lodo, de la lluvía de ese día y de días pasados pero también y sobretodo de días, muchos otros días, por venir.


IV

Lo había comprado en el mercado de Sonora. La brujería era una broma: las gallinas negras, los polvos extraños y esos falsos chamanes. Nos divertimos mucho ante las posibilidades y nuestra emoción se amplificaba por los gritos "llévelo, llévelo". La santa muerte, trabajos y amarres, vamos, nos divertía pensar que nuestros dolores, nuestras ganas de convertir el dolor propio en ajeno -en ese ajeno- fueran así de fáciles. Los compré a 15 pesos. Las instrucciones las perdí, o las escondí porque me quise creer incapaz de hacerlo. Tal vez sin instrucciones y sin quererlo fue cuando realmente lo hice. Lo trocé, no sé si después lo tiré por el elevador o en la basura o si se quedó en el suelo pero se quedó desmembrado. Fue una forma muy extraña esa en la que lo rompí pero tal vez sólo así, sin las instrucciones y en ese no-saber es que la brujería tiene su efecto. No lo sé todavía.

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