Después de todo no es tan malo enfermarse por unos dos o tres días. Ahora tengo un collar rojo y un poema completamente atonal hechos de las horas en cama. Tuve muchos sueños, en uno estaba a punto de hacer un examen y hablaba en alemán, de pronto yo decía en voz alta toujours, toujours, toujours y salía del salón con un lápiz precioso en la mano. El mejor fue en el que soñé que no estaba durmiendo y que sólo tenia los ojos cerrados e iba desenrollando de mi una poesía que yo pensaba era buenisima, qué felicidad, pero desperté y no la tenía en las manos como yo creía, muy triste, de ahí el poema atonal que no es nada bueno pero tengo un collar rojo líndisimo ¿qué mejor?
La gripa (o gripe) me dejó también unos cuantos presentes (que no es lo mismo que regalos): una caja de galletas, una bolsa de dulcecitos de miel, un Milka, una caja de té de naranja con canela muy bueno y creo que también puedo llamarle presente a un texto de Filloy (Ustedes, gracias). Después de estos días y ahora que ya casi estoy repuesta, tengo muchas ganas de volver a mis ritos cotidianos sin dolor de cabeza y sin espinas en la garganta...tengo ganas de comer y que la comida sepa rico de nuevo. Me siento tanto como en ese poema de Sabines enfermate dos días y verás que hermosa es la vida, cuando tengas ganas de morirte y si, después de todo enfermarme no estuvo tan mal.
PERO: (porque ya les digo que siempre hay un pero) creo que ya me volví farmacodependiente de chochitos homeopáticos, saben taaaan buenos.
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