En la tarde me regalaron una caja de azulejos y me emocioné y dije un gracias amplio y sincero con sabor a chocolate. Es lindo recibir regalos, es lindo que ese regalo te haga feliz porque la otra persona es feliz si tu eres feliz. Es lindo que te quieran así de mucho y que puedas comer los chocolates que te regalaron cuando tú, bien cursi, escuchas el soundtrack de Amélie.
En eso estaba cuando oí ruiditos y la puerta y era mi papá que vino desde México con una caja. Estaba sonriente y me dijo: toma, abrelo tú y guarda todo. Un beso y me dejó sola. Abrí la caja y era una lap nueva. Yupi! la mia ya estaba viejita. Desde enero había estado buscando una lap, mi hermano que es experto en esas cuestiones me dijo esta si, esta no. Justo esa que yo quería, porque me funcionaba, porque no era más de lo que necesitaba, porque era linda, era un poco cara y yo intentando ahorrar y esperando un poco más de tiempo para poder comprarla. Total, nada le hacia seguir un poco más con la misma.
Y mi papá llegó y yo siento como si hubieran llegado los reyes magos. Estoy en pijama, descalza, sentada en el suelo frente a mi regalo. Aún así estoy moqueando, me choca, ash. Siento que tengo 7 años y que había deseado tanto una muñeca y la veía en el aparador y así y escribía y reescribía la cartita y esperaba e imaginaba el día de recibir la caja con El regalo.
El día esperado llega y no cabes de la emoción y abres la caja y... ¡no es la muñeca que querías! es justo esa que no se parece ni tantito. Si, hay que decirlo, esa muñeca también es linda pero...pero.. Aunque se te llenan los ojos de felicidad con la manga de la pijama te limpias los mocos e intentas sonreír con todo y la vista así toda nublada... Te choca tanto, te repatea y te rechoca no estar conforme. Te odias. No, ya no lloras por no tener la muñeca que querías sino por tener esa otra y no ser sinceramente feliz y no estar conforme. Te sientes tan chinche ¿por qué uno siempre desea otra cosa teniendo lo que necesita justo enfrente?
¿por qué no puedo estar conforme? ¿por qué no saltar de la felicidad y decir el gracias que tengo en la boca pero sin ese saborcito de... (gracias pero)? Y me odio, me odio, me odio, que pinche nena soy, buaa...
Ahora mismo escribo desde la compu viejita, ya mañana estrenaré la muñeca nueva. Y me voy a terminar los chocolates hoy y, por cierto, la muñeca fea soy yo.
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