Hay días en que dan ganas de taladrar el mundo entero para luego patear cada uno de los pedazos.
En esos días convendría vaciar de significado cada una de las cosas existentes, mandar la sociabilidad al carajo, reirse del psicoanalisis hasta que nuestro inconsciente quede exhausto, pisotear el amor y demàs invenciones absurdas. Gritar, gritar sòlo gritar que nada de lo que hay en este mundo sirve.
Que casì nada me sirve.
Y sólo queda como remedio pegar en las paredes, llorar hasta que las làgrimas ya no sedan, reinventar los recuerdos, decir carajo hasta que decirlo pierda todo sentido.
En esos días sólo me queda ver peliculas insipidas, abrazarme de algo o de alguien, escribir tonterias en un blog y pensar que ya tendré mejores días...